Según escribe en la revista de Suelo Pélvico el doctor E. Moral Santamaría Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Complexo Hospitalario de Pontevedra, el dolor pélvico es una patología especialmente prevalente en la mujer y representa la tercera parte de los motivos de consulta en las consultas especializadas de ginecología y advierte que reconocer tempranamente estas patologías y poner circuitos asistenciales rápidos es el mejor método de prevenir fenómenos de sensibilización central, dolores neuropáticos y desarrollos de memoria de dolor.
Se estima que la prevalencia de Disfunción sexual femenina secundaria a dolor pélvico es del 26% y que la cifra seguramente es más alta porque las pacientes no son sistemáticamente evaluadas ni tratadas de su disfunción sexual, en la actualidad hay que abogar por un enfoque multidisciplinar que permita mejorar la calidad de vida de estas pacientes.
La Sociedad Internacional para el Estudio de la Enfermedad vulvovaginal identificó el dolor en vulva como una única entidad en la que se pueden diferenciar dos conceptos vulvodinia (dolor espontáneo tipo ardor) y dispareunia (dolor en vagina con coito o con la introducción de tampón por ejemplo)
Si el ginecólogo no encuentra patología ginecológica o urológica a pesar que la paciente presenta dolor en el suelo pélvico que incluso le impide o dificulta tener relaciones hay que descartar que no presente un dolor miofascial de la musculatura del suelo pélvico o patología del nervio pudendo.
En cuanto al abordaje terapéutico los profesionales que tratamos pacientes con dolor pélvico crónico debemos evaluar tanto el estado de ánimo como la parte física.
Respecto al tratamiento de la parte física es preciso una buena exploración de la musculatura perineal, comprobar zonas contracturadas o puntos gatillos que podamos tratar con infiltraciones o con terapia física como técnicas miofasciales, masaje muscular, utilización de biofedback, corrientes analgésicas incluso aplicadas intravaginales y asociando si es preciso analgésicos, antiinflamatorios,relajantes musculares incluso medicación más específica para el dolor de tipo neuropático. Pero lo que me gustaría transmitir es que la paciente con una terapia adecuada puede mejorar mucho su calidad de vida